martes, 12 de abril de 2011

AUNQUE TÚ NO LO SEPAS



¿Es de verdad real todo lo que vivimos?, ¿Existe la realidad?, ¿Cuántas?¿O son nuestros pensamientos los que conforman nuestra realidad?¿Somos lo que pensamos?¿Elegimos entonces lo que vivimos?¿Nos relacionamos según lo que pensamos de los otros?¿Son unidireccionales entonces nuestras relaciones?¿Va a ser verdad que el ombligo del Universo es el nuestro?...


Yo no sé las respuestas a estas preguntas, pero me gusta imaginar, intuir. Hay un hermoso poema que escribió Luis García Montero sobre una historia de amor ¿irreal? titulado "Aunque tú no lo sepas", aún más delicioso es escuchar en la voz de Quique González la canción homónima que escribió inspirado por el mismo poema. Os dejo la canción de Quique González y el poema de Luis García Montero. Que lo disfrutéis.



AUNQUE TU NO LO SEPAS


Como la luz de un sueño,


que no raya en el mundo pero existe,


así he vivido yo


iluminando esa parte de ti que no conoces, l


a vida que has llevado junto a mis pensamientos...



Y aunque tú no lo sepas,


yo te he visto cruzar la puerta sin decir que no,


pedirme un cenicero,


curiosear los libros,


responder al deseo de mis labios


con tus labios de whisky,


seguir mis pasos hasta el dormitorio.


También hemos hablado en la cama, sin prisa, muchas tardes


esta cama de amor que no conoces,


la misma que se queda fría cuanto te marchas.



Aunque tú no lo sepas


te inventaba conmigo,


hicimos mil proyectos,


paseamos por todas las ciudades que te gustan,


recordamos canciones,


elegimos renuncias,


aprendiendo los dos a convivir


entre la realidad y el pensamiento.



Espiada a la sombra de tu horario


o en la noche de un bar por mi sorpresa.


Así he vivido yo,


como la luz del sueño que no recuerdas


cuando te despiertas.



Luis García Montero.



sábado, 2 de abril de 2011

LA PRIMERA LUNA

LA PRIMERA LUNA

Tenía trece años y era un domingo amarillo por la mañana, ella estaba delante de una máquina de escribir Olivetti que su padre se había comprado en sus años mozos con una beca. Se la trajo de casa de sus abuelos a regañadientes, pero ella ya había visto la máquina de escribir y ya sabía que quería ser escritora, así que su padre se la dio un buen día. En aquel entonces escribió mucho con ella, más de lo que ahora le pueda gustar escribir en ordenador.

Su madre estaba en misa y su padre no quería ayudarla a pasar a máquina el trabajo sobre “China” que tendría que entregar al día siguiente, decía que lo había dejado para el final.

Fue al baño y descubrió que tenía las braguitas manchadas de sangre: le había venido su primera regla. Sabía dónde tenía las compresas su madre, pero la verdad es que prefería esperar a que llegara ella. Mientras, decidió decirle a su padre que le había venido la regla, él no dijo nada. Que había roto el botijo dijeron sus hermanos. Él se pudo al frente del trabajo sobre “China” y se lo pasó a máquina en un momento. Muchas emociones para seguir tecleando con prisas, se lo agradeció. Esperó a su madre en el descansillo de la escalera, cuando la vio, aún sin decirle nada, le dijo: ¿te ha venido la regla?. Parecía que se lo habían dicho en misa.

Ese día cenaron fuera, había que celebrar: la niña se había hecho mujer.