jueves, 7 de marzo de 2013

EL MÁS ESPECIAL

                                               

¡¡Feliz Día de la Mujer!!
 
Hoy, Ocho de Marzo de 2013, es el Día de las Mujeres.
 
Desde hace años celebro este día con intensidad por mi vinculación personal y laboral con él, normalmente lo paso trabajando con mujeres o con actividades culturales para reivindicar la igualdad de género. Me encanta. Para mí es un día especial, pero el Ocho de Marzo más especial de todos es sin duda hoy, el primero que celebro con mi hija que, hoy precisamente, cumple cinco espléndidos meses.
 
Una hija. Una mujer. Y yo, madre.
 
Pienso en mi madre, quien completa la trilogía. Cuando se enteró de que lo que iba a tener era una nieta, dijo (aparte de gritar y decir otras exaltaciones): "Todas las mujeres deberíamos tener, primero, una hija". Dijo que un hijo no era una hija y también dijo que un padre no era una madre.
 
Y no porque a un hijo o un padre se les quiera menos, sino por la relación que se tiene con una hija y por la relación que se tiene con una madre.
 
En mi caso, en mi experiencia, todas esas cosas que dijo mi madre cobran cada día más fuerza.
Las madres, las mujeres, tenemos superpoderes. 
Y emocionalmente tenemos matrícula en saber relacionarnos y en ser resolutivas.
 
La maternidad me ha dado superpoderes, cada día estreno uno nuevo, es sorprendente descubrir todo de lo que somos capaces las mujeres, tanta sabiduría, intuición y ternura que por arte de magia empiezas a emanar junto con la leche materna.
 
He aprendido más en estos cinco meses sobre igualdad que en todos los años que llevo trabajando por ella, que en el Máster de Género...he aprendido más que nunca. Y he conocido una felicidad y plenitud que jamás pude imaginar.
 
Todo, absolutamente todo lo que me ha traído la maternidad ha sido positivo, dicen que la vida te cambia, pero nadie acaba la frase: Sí, te cambia, pero a mejor.
 
La maternidad me ha regalado una nueva vida, entre sus presentes me ha hecho conocer la igualdad desde otra perspectiva,  me reafirma en mi feminismo, en la defensa de la igualdad de todos los seres humanos en general (citando a Rosa Regás) y me renueva las ganas de abogar por erradicar todas las barreras, tangibles e intangibles, que nos aleja a las mujeres de la libertad (emocional, física, económica...).
 
Os adjunto una acción realizada por la red de hombres por la igualdad, "Mejor un hombre cuidador que un hombre de cuidado".
 
Hoy, más que nunca, admiro y celebro el Día de las Mujeres.
 




sábado, 2 de marzo de 2013

TU RISA ME HACE LIBRE

 
En mi búsqueda por obras inspiradas en la maternidad encuentro también las nacidas de situaciones límites en las que el alma se rompe. Se crean también obras bellas y drámaticas, fruto del sufrimiento de estar separadas o separados de un hijo o una hija.
Hace tiempo que las tengo en borradores, pero a pesar de lo resgaradoras que son, merecen tanto la admiración y atención que no he podido dejarlas más tiempo en "Borrador".
TU RISA ME HACE LIBRE.
 
 
 
 
Fragmento de la película La Voz Dormida de Benito Zambrano
 
 
NANAS DE LA CEBOLLA
 
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.

Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
 
Miguel Hernández.