Que amanezcas
entre los nuevos
claveles de la esperanza,
que amanezcas.
Que sean tus sueños
los que abriguen
tu corazón y
los alimentes a cada paso.
Y que un día de estos,
volvamos a encontrarnos.
entre los nuevos
claveles de la esperanza,
que amanezcas.
Que sean tus sueños
los que abriguen
tu corazón y
los alimentes a cada paso.
Y que un día de estos,
volvamos a encontrarnos.
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Una cosa que suele ocurrirme con los poemas es que me quedo con las ganas de traspasar la frontera, por eso de ser un cotilla.
ResponderEliminarRecuerdo un famoso soneto, el único que escribió Arvers, una maravilloso poema de amor. Estuve meses intentando averiguar a quién iba dirigido. La última estrofa del soneto dice así:
Elle dira, lisant ces vers tout remplis d’elle :
" Quelle est donc cette femme ?" et ne comprendra pas.
(Ella dirá, leyendo estos versos llenos de ella:
"¿Quién es esta mujer?", y no entenderá nada.)
Tu poema es para mí un tema de reflexión recurrente: los reencuentros, la pausa necesaria para que puedan darse las circunstancias de que otra vez podamos encontrarnos. Sí, para hablar y hablar, sobre todo lo que trasciende en la amistad.
Un beso.
Querido Walden,
ResponderEliminar¡Qué me gustan estos comentarios tan poéticos!Los encuentros, las necesarias pausas, los lazos invisibles, los sueños compartidos que así crecen...maravilloso, verdad?.
Este poema ¿de amor? lo escribí hace algunos años, esta publicado en el poemario "Zenobia y otros poemas" y el IAM me lo pidió como felicitación navideña creo que en el 2007.
Le tengo cariño al poema, algunas metáforas sí tienen nombre y apellidos(los claveles de la esperanza-revolución de los claveles-25 de abril-fecha importante para mi amor), el conjunto del poema no tiene destinatario, es más universal, un ¡hasta pronto!alegre y fecundo.
Me alegro que te haya gustado, un beso!