lunes, 18 de julio de 2011

SOBRE EL IMPOSIBLE OFICIO DE ESCRIBIR









Por aquella palabra



de más que dije entonces, trataría



de dar mi vida ahora. ¿Vale algo



comprobarlo después de consumidos



tantos esfuerzos



para no mentir?






Toco



tu vientre y se desplaza el tiempo



como la sangre



en un embudo mientras



a ciegas nos buscamos. Sólo el riesgo



común ocupa el mundo, arrasa



el derredor, lo exprime



como una esponja, desordena



el engranaje de los hechos.









¿Cómo



poder saldar entonces



la ambigüedad de la memoria?






El imposible oficio de escribir



aproximadamente



la historia terminal del anteayer



de la vida, y más cuando



un incierto futuro se intercala



entre lo timorato y lo arrogante



me suele contagiarde esa amorfa molicie



que entumece los goznes del deseo.









Pero no cejo nunca. Paraísos



vagamente resueltos



entre la oxidación del ocio, surgen



como reclamos, brillanen ocasiones



con juvenil sabor a culpa.









¡Escapar de la mella de los díasiguales!



En tanta libertad¿se anudarán imágenes



que a su obstinado uso



me condenen, reduzcan el amor



a sus simulaciones? Lo que aquí



no está escrito es ya la única



prueba de que dispongo



para reconocerme, interrumpir



mi turno de erosión entre recuerdos



apremiantes.






Por aquella palabra



de más que dije entonces, trataría



de dar mi vida ahora.









José Manuel Caballero Bonald



Descrédito del héroe

No hay comentarios:

Publicar un comentario