Mujer dormida, de GEORGE HENDRIK BREITNER.
…Además de sonámbula, ahora insomne…
Crujen las hojas,
el viento zarandea mi árbol.
La palmera está intacta,
ni una estrella en el horizonte.
Y yo, sufro de insomnio complaciente.
El día no fue compartido
ni conmigo, ni con él
así que la noche, a hurtadillas,
me pertenece.
El viento silba al otro lado del cristal
mientras el mundo duerme su cansancio.
Me asomo a las letras
para ahogar un suspiro de ayer
y conjurar un nuevo “te quiero”
para mañana.
el viento zarandea mi árbol.
La palmera está intacta,
ni una estrella en el horizonte.
Y yo, sufro de insomnio complaciente.
El día no fue compartido
ni conmigo, ni con él
así que la noche, a hurtadillas,
me pertenece.
El viento silba al otro lado del cristal
mientras el mundo duerme su cansancio.
Me asomo a las letras
para ahogar un suspiro de ayer
y conjurar un nuevo “te quiero”
para mañana.
Mi insomnio siempre es complaciente. Bonito poema. La selección pictórica, fantástica.
ResponderEliminarA mí me da miedo lo que me cunde cuando no tengo sueño.
Un beso.
Hola Walden!!
ResponderEliminarGracias por pasarte siempre por mi casita, así te espero en cada entrada, como el zorro al principito, me estás (mal?)acostumbrando. Un beso!