Mi cuerpo,
como tierra agradecida,
se va extendiendo.
Ya las planicies de mi vientre
van cogiendo la forma
de una redonda colina palpitante,
mientras por dentro,
en quién sabe qué misterio
de agua, sangre y silencio
va creciendo como un puño que se abre
la hija que sembraste
en el centro de mi fertilidad.
Gioconda Belli.
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